PRIMER AÑO DE MI LARINGECTOMIA

No puede pasar, y no pasa, desapercibida esta fecha. Lo que no se es si celebrarla o  lamentarla. Celebrarla porque gracias a la operación estoy vivo y estoy libre del cáncer. Lamentarla porque supuso la eliminación del habla con lo que ello supone. No se como lo tomarán los demás laringectomizados, supongo que hay muchos modos de tomarlo, cada uno a su manera. Sería interesante hacer una recopilación, un estudio, de estas vivencias. Podría dar ánimos a los que empiezan. Digo ánimos porque el solo hecho de poder contarlo, de haber superado los primeros meses, ya es un punto de apoyo para los que acaban de sufrir la operación o están a punto a que se la hagan.   

Después de un año de, llamémosle, experiencia creo poder decir que el camino es duro, a veces muy duro, pero no impracticable. Es un comino bien marcado como para no perderse, con subidas, bajadas y llanos (pocos), con curvas y rectas, con muchos baches e incluso agujeros. Un camino difícil pero perfectamente practicable. Eso si, es mejor mirar siempre para adelante porque si miramos para atrás lo más que nos puede pasar es que tropecemos y nos caigamos. Además se puede decir que ese camino solo tiene una dirección, no tiene retroceso. Al menos no tiene retroceso practicable, que nos pueda servir para algo. No, solo para delante cueste lo que cueste. Me gusta usar este símil del camino porque creo es muy expresivo.

Suele decirse que no hay ningún camino fácil o que se hace camino al andar. En  nuestro caso se puede decir que las dos expresiones son reales. En este año pasado he tenido momentos en que el camino parecía que nunca iba de dejar de bajar, que caía en un pozo sin salida, que cada vez me sentía peor o por lo menos que no avanzaba, pero en poco tiempo empezaba a notar cómo se superaba ese mal momento y otra vez empezaba a subir, a sentirme mejor, a avanzar. Un camino que aunque está marcado por la enfermedad, por nuestras limitaciones También tenemos que ir adaptándole a nuestro carácter, forma se ser, fuerza. Tenemos que ir haciéndole a nuestra medida podríamos decir.

Para terminar solo decir que este año de 365 días ha sido en realidad mucho más largo. Muy largo. Han sido muy pocos los días que han pasado sin sentirlo, como suele ocurrir a nuestra edad. En conjunto puedo decir sin lugar a dudas que no ha sido el mejor año de mi vida, pero animo a todos los que están en mi estado o van a estarlo que no caigan en el desanimo y que trabajen para salir del bache. Otros lo han hecho o lo estamos haciendo y todos somos hombres o mejeros de lo más normal, del montón.