Sentí unos pasos tras de mi,
Eran torpes y apresurados
Como pisotones del que corre sin saber correr
Que llega tarde sin saber porqué.
Miré de reojo hacia atrás
Por ver quien era el torpe corredor
Pero a nadie vi que con prisas anduviese.
Seguí caminando por el sendero estrecho
Despreocupado y disfrutando del entorno
Pero los torpes pasos no dejaban de seguirme.
Me paré
Volví a mirar a mi rededor
Y fue cuando comprendí quien me seguía:
Era el otoño que llegaba tarde pero presuroso
A su cita con el calendario de la naturaleza.